La pandilla le prepara a Niles una fiesta de bienvenida cuando vuelve a casa después de su operación de corazón. Después de haber estado tan cerca de la muerte, Niles decide vivir cada momento de su vida como si fuera el último. A Roz le parece raro que, de repente, Frasier esté tan complaciente con su hermano y cuando ésta le pregunta, acaba admitiendo que hizo un pacto con Dios: si Niles superaba la operación, no volvería a discutir con él.