Luego de su fracaso en el Castillo Edo, Habaki es despedido como empleado principal. Aun así, para aniquilar al Ittou-ryu, se dirige al Rokki-dan con la idea de subyugarlo. Sin embargo, su reemplazante, Ugen, decide que el Ittou-ryu, al haber dejado Edo, se encuentra ya libre de problemas. No solo eso, sino que, para asegurar el acuerdo, la esposa y los hijos de Habaki son tomados como rehenes.