La profesora de baile de Stephanie le dice que tiene el potencial para convertirse en una bailarina. Para ello tendría que acudir a clases especiales antes y después de clase y los fines de semana, acostarse temprano y tener menos tiempo libre. Stephanie convence a su padre para que le deje hacer eso, pero al final la chica se da cuenta de que no tiene tiempo para estar con sus amigos y su familia.